La civilización Olmeca ha sido siempre un misterio, por sus rasgos negroides y su lugar de orígen. Esa inquietud llevó a muchas personas interesadas en esto, a investigar minuciosamente la llamada cultura Olmeca, así como sus grandes misterios y orígenes. Existen pruebas arqueológicas en las que se comprueba que el orígen de ésta antiquísima cultura se da en el año 8000 a.C. en Mesopotamia, en lo que actualmente es territorio de Irak y Siria. Su asombrosa civilización en tierras mesopotámicas se llamaba Tell Halaf, y era conocida como “los que fueron hechos para adorar”. Ellos se llamaban así mismos los cabezas negras. Por eso en territorio tabasqueño y veracruzano, fueron encontradas enterradas como muestra de su civilización y orígen, gigantes cabezas negras, las llamadas cabezas olmecas.
Ellos no fueron solamente la primera civilización en el mundo que los arqueólogos han encontrado, sino la primera que utilizó las matemáticas con un sistema sexagesimal, es decir, con base en el número 6, conocían que la tierra era redonda, giraba alrededor del sol y sus conocimientos astronómicos fueron sorprendentes pues sabían de la existencia de los planetas y su posición en el sistemas solar, conocían los sistemas hidráulicos y de irrigación.
Esta civilización aseguraba que todos estos conocimientos se los había otorgado un Dios que descendió del cielo, y ofrendo su inmortalidad por amor a la raza de los cabezas negras, ellos eran el pueblo elegido de Dios para gobernar el mundo. Su Dios en el génesis de su “historia bíblica” explicaba que el hombre fue creado por una manipulación genética de seres extraterrestres que ocasionaron que el hombre evolucionara en nuestro planeta de forma inmediata, es decir, alteraron el curso natural de la evolución. Su nombre originalmente era Enki que significa "señor de la tierra".
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